Todas las disputas que se han producido a lo largo de la historia en los escasos 14,4 kilómetros de longitud que tiene el Estrecho de Gibraltar, nos hacen ser conscientes de la importancia que posee este punto. Además de ser el lugar donde se produce la unión natural de dos masas de agua (el mar Mediterráneo y el océano Atlántico) separa dos continentes (Europa y África); incluso geológicamente, el estrecho representa la fisura de dos placas tectónicas, la Euroasiática y la Africana.
Es la segunda ruta marítima más frecuentada del mundo, con una media de 100.000 barcos al año, que buscan atravesar las puertas del mar Mediterráneo, por lo que representa una oportunidad única, gracias a su ubicación estratégica para los puertos dedicados al comercio internacional de tránsito de mercancías.
Tradicionalmente, era el puerto de la Bahía de Algeciras (www.apba.es) el que copaba todo el tráfico de contenedores, pero gracias a la globalización, y unido al crecimiento que está experimentando Marruecos en los últimos años, hacen que su hegemonía en el estrecho pase por momentos delicados.
Tanger Med (www.tmsa.ma) es un puerto de gran calado de nueva construcción, situado en la vertiente marroquí del estrecho, en el punto de la costa de Marruecos más cercano a la costa de España, y en lugar de paso de las rutas marítimas que unen Europa, África y América.
No sólo es la amenaza de los precios, más bajos que los que ofrece el puerto español, ni las infraestructuras modernas que ofrecen sus terminales, sino todo el espacio que tiene para futuras expansiones, lo que lo hace un puerto más que competitivo en el tráfico internacional de mercancías.
Por lo que nunca mejor dicho, la guerra está servida para ver quién se queda con las llaves de las puertas del Mediterráneo.
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