Hoy quiero compartir con
vosotros una anécdota muy conocida sobre Kissinger (Premio Nobel de la Paz en
1973, que sirvió a varias
administraciones norteamericanas, desde Kennedy, Johnson, Nixon a Ford, en
algunos de los más tumultuosos años en la política de Estados Unidos) que se relaciona con un informe en el que Winston
Lord había trabajado durante días.
La anécdota se relaciona
con un informe en el que Winston Lord había trabajado durante muchos días. Le
entregó el trabajo a Kissinger y éste se lo devolvió con una nota que decía:
“¿Esto es lo mejor que puede hacer?”.
Lord rescribió y pulió el
informe y se lo volvió a dar a Kissinger, y de nuevo le fue devuelto con la
misma pregunta tajante.
Después de volver a
elaborar una vez más el informe (y de recibir una vez más la misma pregunta por
parte de Kissinger), Lord contestó en el mismo tono: “¡Maldita sea! Sí, es lo
mejor que puedo hacer” A lo cual Kissinger replicó: “Bien, si es así, ahora sí
lo voy a leer”
La moraleja de esta anécdota
está bastante clara, tenemos que intentar dar siempre en todas las acciones que hagamos en
nuestro día a día lo mejor de todos nosotros, y no realizarlas para intentar salir del paso, solo así, sabremos que el trabajo está realmente bien hecho.
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